Las palabras de Cristina no pasan desapercibidas. Ni para sus seguidores ni para sus detractores. Es una líder con un magnetismo especial que hace que sea difícil que alguien no quiera escucharla.

Es que además no se va en palabras. Expresa sus convicciones sin ambages ni florituras, y castiga a quien considera responsable de las acciones que la perjudica, Por eso no tuvo empacho, en su alocución en la causa sobre dólar futuro en cargar sobre el funcionamiento de la Justicia y denunciar su entramado junto a los medios hegemónicos para favorecer a la oposición.