En Davos, donde Mauricio Macri fue a encontrarse con las potencias y las grandes corporaciones, el Presidente dijo de la discusión con Gran Bretaña por la cuestión Malvinas: "Quiero sentarme y conversar sobre el tema y en el entretiempo encontrar formas sobre cómo podemos cooperar”.

El diario británico The Guardian elogiaba entonces la 'nueva política' que sobre el diferendo comenzaba a llevar adelante la gestión macrista: “Una cálida ofensiva”, decía el periódico, contrastando esta nueva fase con la "agresividad" kirchnerista. Así, se suponía, la Argentina llegaría más lejos en su reclamo...

La calidez macrista, sin embargo, parece no ir a ningún lado. Hace pocas horas, el ministro de Defensa británico, Michael Fallon, visitó las islas y anunció que su país no está dispuesto a negociar la soberanía del archipiélago.

Pero lo realmente significativo es que Gran Bretaña, según indicó el funcionario, realizará una nueva inversión de 180 millones de libras (229 millones de euros) para reforzar la presencia militar en las islas.

En el Foro Económico de Davos, Macri y el primer ministro David Cameron coincidieron en que, con la nueva administración argentina, es el momento de "embarcarse en un nuevo capítulo" en las relaciones entre ambas naciones.

Pero, por lo visto y dicho, este "nuevo capítulo" no tiene nada de nuevo para los argentinos: el gobierno británico no quiere negociar y sigue convirtiendo a Malvinas en un arsenal en el Atlántico Sur.