La plata no alcanza. Por más vueltas que se le den al asunto, los números hablan claro. El informe mensual la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), sobre la base de un estudio de precios y consumo realizado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, arrojó que una familia tipo porteña necesitó en junio unos 13.361 pesos para no caer por debajo de la línea de la pobreza. Es un 21% más que en el mismo mes del año pasado.

Lo pasmoso de esa realidad es que, la semana pasada, el gobierno cerró por decreto la negociación del Consejo del Salario, fijando el Salario Mínimo Viatal y Móvil (SMVM) en 8860 pesos a partir de julio. Son 4.640 pesos menos de lo necesario para no ser pobre. 

El resto de los tramos de aumento del SMVM, hará que llegue a 9.500 pesos en enero y 10.000 pesos en julio del 2018. Es decir que, en términos nominales, ni siquiera dentro de un año, y dejando de lado toda la inflación venidera, el sueldo mínimo cubrirá lo que hoy necesita una familia para subsistir. 

El estudio de Field precisa que el costo de la Canasta Básica Total (CBT) subió 0,3% en junio, acumulando un incremento del 21% en los últimos doce meses, hasta alcanzar un valor de 13.361 pesos. 

Con relación a mayo del año pasado, las familias porteñas necesitaron al menos 2.317 pesos mensuales adicionales para cubrir el costo de la canasta que contempla alimentos, artículos de higiene, indumentaria y servicios. 

La Canasta Básica Alimentaria (CBA), que marca el ingreso mínimo que una familia debe tener para no ser considerada indigente, se encareció también 0,4% mensual en abril y un 20,4% en el año, por lo que escaló hasta los 5.715 pesos. 

Para realizar su informe, FIEL toma en cuenta las canastas determinadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), construida en función de los hábitos de consumo de la población.