A pesar de las intenciones, puede que el almuerzo que mantendrán sus principales referentes en un restaurante del club náutico de San Fernando, en zona norte del GBA, puede que en lugar de unidad se selle un nueva ruptura del centenario partido.

Es que las potenciales alianzas hacia 2015 desvelan a los principales dirigentes de la UCR y revelan, al mismo tiempo, la disparidad de estrategias electorales, algunas incluso contrapuestas.

Y si de lo que se trata en la reunión de este lunes es de forjar tácticas comunes, los radicales parecen estar más cerca de volver a atomizarse que de acordar.

Básicamente, las perspectivas son dos: preservar el destino de la actual de la alianza con los partidos de Unen o abrir las PASO a la participación, por ejemplo, del PRO y, por qué no, del massismo.

Esta última es la opción añorada por multimedios como Clarín, que aspiran a una fórmula unificada de toda la oposición como única alternativa para vencer electoralmente al kirchnerismo, que –contrariamente a lo que esperan– sigue conservando la simpatía mayoritaria de la población, según revelan las últimas encuestas.

El senador Gerardo Morales es su principal defensor: quiere una interna con seis fórmulas, aunque advirtió que "no es una alianza de gobierno, sino un acuerdo parlamentario de gobernabilidad, en el que cada uno tiene su programa".

Así, en diálogo con radio Vorterix, dejó en claro que, como el radicalismo en casi toda su historia, no ha aprendido nada de la experiencia aliancista encabezada por Fernando De la Rúa en 1999.

Para Morales, lo que se parte es el radicalismo "si no se sale con un esquema de fórmula propia para las PASO"; pero para Ricardo Alfonsín, "lo que se parte es Unen" si prospera el esquema electoral planteado por el senador nacional.

Casi un  callejón sin salida...