Al menos Margarita Stolbizer no quiso engañar a nadie y reconoció su error de haberse ido porque estaba cansada.

Otros como Javier Milei prefirió tirarle la pelota a los rivales y asegurar que los diputados se quedaban a robar a la hora de votar el articulado de la ley.

Pero Margarita pidió disculpas. Estaba cansada y se sabe que en cualquier trabajo eso es una razón más que suficiente para decidir no cumplir con sus obligaciones e irse a descansar.