En las últimas horas trascendió que el mismísimo Mauricio Macri decretar la destitución de la procuradora Alejandra Gils Carbó, algo que –como cuando quiso nombrar jueces de la Corte con idéntico medio– es completamente inconstitucional.

Pero a pesar de haber obtenido la negativa de su propio ministro de Justicia para semejante medida, el Presidente no descarta utilizar un decreto del Ejecutivo para tratar de deshacerse de la procuradora.

Para ello, utiliza sus declaraciones y las repercusiones que obtendrán a través de medio afines; por ejemplo, La Nación y Clarín, que dan cuenta este miércoles de su nuevo embate contra Gils Carbó, en Córdoba, adonde el mandatario está de gira proselitista.

Macri acusó a la procuradora de entorpecer investigaciones contra exfuncionarios del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, como antes la había acusado de ocultar información sobre el escándalo Odebrecht.

Vale recordar que sobre ese caso y sobre la denuncia del Presidente, fueron los propios investigadores del escándalo y quienes lo dieron a conocer, como el periodista Hugo Alconada Mon, quienes rechazaron que tal posibilidad, al calificar como "infantil" pensar que procuradora pueda retener algún tipo de información del caso.

Además, Macri dijo que Gils Carbó impulsa causas "sin fundamento" contra su gestión y sus funcionarios. Por ejemplo, el jefe de la AFI, Gustavo Arribas, ligado al escándalo desatado por las coimas que pagó la empresa brasileña, de las cuales Arribas habría sido un beneficiario.

"Lamento que insista en permanecer en el cargo”, dijo el Presidente junto al gobernador Juan Schiaretti, porque “lo lógico es que siempre el Presidente proponga al procurador", sostuvo para no dejar dudas.

Es que el caso Odebrecht sacude de tal manera a la administración macrista que, en el caso de tener un procurador afín, el oficialismo podría manejar la información de tal modo que no sacuda los cimientos que sostienen a la gestión.