Mauricio Macri aseguró este martes que Gran Bretaña tiene intenciones de "empezar a conversar" con la Argentina sobre la soberanía de las islas Malvinas, en lo que se supone un giro histórico en la política inglesa sobre el tema.

Horas más tarde, la canciller Susana Malcorra tuvo que salir a desmentirlo.

El Presidente relató que durante un almuerzo que ofreció Ban Ki Moon a los jefes de Estado en el edificio de la ONU, se encontró con la primera ministra británica Theresa May, donde habría señalado que la cuestión Malvinas "es el tema número uno, es parte nuestra".

"Le dije que estoy listo para comenzar un diálogo abierto, que incluya por supuesto el tema soberanía sobre las islas", indicó Macri ante los medios argentinos que cubren su participación en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

"Ella dijo que bueno, que sí, que habría que empezar a conversar... Las cosas llevarán años, pero lo importante es que comencemos. Y ella estuvo de acuerdo", continuó el mandatario argentino.

Sin embargo, ante la rápida repercusión nacional e internacional que tuvieron los dichos de Macri sobre la supuesta conversación que mantuvo con May, la canciller Malcorra puso paños fríos al entusiasmo macrista.

"Por supuesto la primera ministra dijo que se encontrarían, pero no es que se habló de una hoja de ruta, o dónde van a ser los próximos pasos, que este tema esté cerrado y arreglado y avanzado", señaló la ministra de Relaciones exterior para relativizar la trascendencia del encuentro.

Como puede suponerse, Macri intentó mostrar con esta supuesta infidencia un presunto interés por la cuestión clave de la relación con el gobierno inglés que, hasta ahora, su propio gobierno ha obviado casi por completo: la soberanía sobre las Malvinas.

Al contrario, el macrismo avanza en sus planes de, eventualmente, compartir la administración y explotación del archipiélago, incluyendo la extracción de hidrocarburos, para lo cual apunta a derogar la ley que lo impide.

Es decir que, en definitiva, ni hablar de soberanía...