El presidente Mauricio Macri brindó su discurso inaugural en el Congreso Nacional, que comenzó con sus típicas palabras publicitarias, las mismas que utilizó en su campaña: "ilusiones", "coincidencias", "bienestar", "vivir mejor", entre otras.

Enseguida comenzó su extensa crítica al gobierno anterior, a pesar de afirmar que hubo un estado enorme que no paró de crecer. Y lanzó la frase: "Hoy vengo a proponerles una hoja de ruta".

Allí comenzó su extensa crítica al kirchnerismo, afirmando que el gobierno anterior "mintió sistemáticamente" sobre su política. Dio los números de pobreza, de inflación y sentenció: "El Estado gastó más de lo que podía y generó inflación".

Habló sel superávit fiscal -momento en que nombró a Néstor Kirchner- y afirmó: "Va a llevar tiempo ordenarlo", al mismo tiempo que asegura encontró un país "lleno de deudas". Y si se deudas hablamos, también se refirió a los holdouts (utilizando esa palabra en vez de fondos buitre).

"Dependerá de este Congreso si terminamos de cerrar este conflicto que favorece a los tenedores de bonos", expresó el presidente que acaba de contraer deuda para pagarle a los mismos bonistas.

Cromañón, Tragedia de Once, fueron algunas de las muertes que utilizó para criticar la década pasada. En ese momento, habló de "darle todas las herramientas al poder judicial" y de los "traumas psicológicos" y de no tener un Estado "que te falta el respeto".

El "déficit energético" y los cortes también fueron críticas al gobierno de Cristina, sumado al sector ferroviario (uno de los más modernizados en el gobierno anterior) al que catalogó de "perder competitividad". Y finalizó con un "podría seguir todo el día pero por respeto a ustedes voy a cortar acá" y prometió: "Voy a publicar todos los datos".

Casi como una cita obligada, tuvo que mencionar los 40 años del Golpe Militar que se cumplen durante este 2016. A posterior, remarcó: "Queremos acabar con la lógica de amigos y enemigos".

Para justificar un poco las políticas que se vienen, Macri habló de la "inflación perversa" y  prometió bajarla para generar "más trabajo". Fue allí cuando se escucharon algunos gritos y críticas en el recinto, a lo que Macri quiso poner paños fríos, mientras sus legisladores comenzaron a corear el "si se puede", característico del PRO.

También catalogó de "sinceramiento de precios" al brutal tarifazo que sufrieron los ciudadanos en las boletas. "Sé que afectó a muchos pero creamos una tarifa social para los más necesitados", expresó Macri, desconociendo casi la realidad.

Luego, algo raro sonaba desde la voz del presidente. Empezamos a escuchar las mismas palabras que había referido sobre los "holdouts" hace un rato. No fue difícil darse cuenta: estaba repitiendo una de las hojas de su discurso referida a los fondos buitre. Eso dio a entender que absolutamente todo el discurso estaba pautado de anterioridad, escrito, y planeado especialmente, dejando afuera cualquier capacidad de manejo discursivo.

Como era obvio, tuvo que nombrar al fiscal Nisman -presente en la agenda de los medios hegemónicos que quieren culpar en cierta manera al gobierno anterior- y posteriormente habló de la "normalización" de los medios públicos, como una manera de justificar la gran cantidad de despidos que se dieron y se están dando en medios de comunicación públicos y privados.

Prometió: "En cuatro años, hasta el pueblito más alejado va a tener Internet con igual velocidad que en otros lugares", la devolución del iva a la canasta básica, ampliar la AUH, acercarse al 82% móvil y que todos los niños reciban un ingreso a la niñez, promulgado por Carrió. 

A la salida, Macri se acercó a saludar a la poca y escueta militancia que lo esperaba detrás del vallado y que no debía superar más que un par de centenares. Posteriormente se subió al auto que lo llevó hasta el Congreso Nacional.