Muy lejos de lo popular; así fue el "festejo" del 25 de Mayo por parte de la administración de Cambiemos. Después del Tedeum que ofició Mario Poli, hubo un brevísimo discurso de Macri en el museo de Bicentenario (duró solo 15 minutos). Estuvo acompañado por Juliana Awada y hubo muy pocos invitados: los ministros del Gabinete, algunos alumnos, organizaciones sociales afines al macrismo, dirigentes del campo y diplomáticos del extranjero. El menú incluyó empanadas, locro y pastelitos, que intercalaron con botellas de vino Trumpeter, gaseosas y agua. Los asistentes se mostraron sorprendidos por la ausencia de Elisa Carrió.

En el discurso, Macri les mandó un mensaje muy fuerte a los empresarios, los jueces y los gremios. "Que no se crean que son dueños de decir lo que tenemos que hacer", remarcó. Entre los argumentos para sostener esto expresó que "el mundo quiere acompañar a la Argentina pero debemos mostrar confianza, credibilidad y previsibilidad". Y prosiguió en la misma línea al sostener que "para construir un futuro y progresar los ciudadanos tenemos el poder de ejercer nuestra libertad". Sin autocrítica mediante dijo: "Vamos por el camino correcto". Luego, el Presidente optó por un "¡Viva la Patria!", se despidió y rápidamente huyó a la Quinta de Olivos a disfrutar del feriado.