Mientras Jorge Lanata renovó sus ataques hacia 678, y hasta dijo que su productor general, Diego Gvirtz, “no es ni siquiera un fascista”, el multimedios para el que trabaja, y los demás medios hegemónicos, recrudecieron su extorción hacia el Poder Judicial, para que sea funcional a sus intereses.

“Son pibes que nunca en la vida van a volver a estar donde están; 678 nunca van a hacer televisión, son malos”, disparó el empleado del Grupo Clarín, en concordancia con Mauricio Macri, quien, como muestra el archivo, ya había anticipado que si llegara a ser presidente, “no va a haber ni 678, ni 876”.

“Yos sigo 678, porque me enseña, aprendo, tiene gente que dice cosas que me hacen comprender muchas cosas, y yo sé que lo que dicen es así, que no lo hacen más que con el interés de esclarecer la mente de los ciudadanos, cosa que no se hace en otros lugares, donde lo que se hace es confundir”, reflexionó Estela de Carlotto sobre el programa de la TV Pública.

Al mismo tiempo, Clarín y La Nación renovaron su extorsión al Poder Judicial. Como muestra el informe de 678, mientras la Sala 1 de la Cámara Federal tiene que fallar sobre la contundente desestimación de Rafecas a la denuncia de Nisman, Lanata aprieta a los jueces, los presiona a través de la radio y hasta incita a sus oyentes para que insulte a los magistrados cuando los vean por la calle.