Que es bueno que un ministro de Relaciones Exteriores domine varias lenguas, no hay muchas discusiones, como tampoco las hay en que eso no es lo central de su gestión.

Pero para Majul, Pláger, Leuco y Gutiérrrez fue motivo de diversión -habría que ver el dominio que tiene cada uno de ellos de otros idiomas- escuchar la pésima pronunciación de Santiago Cafiero al leer en inglés.

Y tanto se cebaron que lo compararon con Domingo Cavallo, a quien destacaron y rescataron del olvido.