Si en algo se parecen las historias contadas desde los blogs con los relatos de los familiares de desaparecidos es que los dos están hilvanados a partir de fragmentos. Cosidos con el hilo invisible del tiempo, desordenados. La vida no tiene más remedio que ser cronológica. Sin embargo, uno de los desastres que perpetuó el genocidio en sus víctimas, otro, es que tuvieron que encarnar en sus propias existencias la analepsis. Es decir, su vida es sucesiva como la de todos pero en algún punto les irá llegando información nueva, en la medida que persistan en la valentía individual y la lucha colectiva de los organismos de Derechos Humanos.

Mariana Eva Pérez, además de ser una escritora maravillosa, es otra de las cientos de vidas interrumpidas en esa memoria lineal, y su blog, que es un diario, un diario online, es el Diario de una Princesa Montonera.

El libro, 110  por ciento verdadero, es claramente una edición, otro reordenamiento de los fragmentos, que en el argot de los blogs llamamos post. Y aunque el libro es una unidad, que tiene un principio y tiene un fin, es acertada esa traslación del formato blog al libro, relatos cortos, disímiles, que dan cuenta de la personalidad de Mariana Eva, la @princesamonto, a quien por momentos se la nota agobiada de tener que vivir en el ejercicio del recuerdo constante, y que a pesar de eso asiste a los juicios por la Causa Esma a Comodoro Py: esa realidad que la obliga una y otra vez a repasar las incompletitudes que la dictadura imprescriptiblirá por siempre en su existencia.

En el paréntesis de vida que nos ordena fragmentariamente Mariana asistimos a la tirantez entre ese natural ejercicio de la memoria y la necesidad definitivamente humana de la liviandad. Expuesto en la visita a un almuerzo con Mirtha Legrand y en el cariñoso descubrimiento de que Camilo García es “hiji”, en ese reto a Camilo cuando el periodista asegura que “va a militar más”, porque para “militontear” ya estamos todos, ya está ella, que se siga dedicando al espectáculo, que ahí estás vos solo, sus nuestro hiji en el espactáculo, Cami.

Iremos recorriendo con la Princesa Montonera los lazos nacidos al calor de internet; más de una visita al barrio bonaerense de Caseros, donde sus padres militaron; la puesta a punto de la placa que los recuerda, una tarde de lluvia; el relación tirante y dolorosa con su hermano apropiado y recuperado; el viaje con “Jota” a Alemania (que se prolongará en la vida real, esa fatalidad de la cronología); algunas vicisitudes de ese amor forjado antes y después en Europa; dibujos; la valiente presencia como experta internacional en cuestiones de Derechos Humanos en Argelia; los vaivenes en relación al kirchnerismo como proceso político que tomó las banderas de los derechos humanos; fotos; y algunos vaivenes respecto de sus expectativas hacia dentro de esos mismos organismos.

A veces se vale de la poesía y a veces de la narrativa de los sueños, dos herramientas literarias compuestas por los mismos elementos, ordenados de otra manera, como el carbón y el diamante.

Mariana Eva Pérez actualmente está haciendo un doctorado sobre “Narrativas del Terror y la Desaparición” en Alemania.