No aclares que oscurece. Andrés Ibarra, el nombre que dio vuelta en los medios por haber puesto a su esposa en un alto cargo con un sueldo que casi alcanzaba los 100 mil pesos por mes, vuelve a estar en el centro de la polémica.

El ministro macrista defendió de manera insólita a los funcionarios (como él) que ponen a familiares o amigos en altos cargos de Gobierno, pero afirmó que el objetivo es "concursar y tener una carrera pública profesional". Pero eso no se cumple.

"Obviamente, cuando se llega a un Gobierno, uno comienza a cubrir los puestos, las posiciones, y puede ser que algunas por cercanía, por confianza, pero también por idoneidad, sean desempeñadas por gente que tiene algún grado de vínculo", dijo Ibarra a radio La Red.

Parece ser una política muy acudida en Cambiemos, el hecho de poner a personas del círculo íntimo de los funcionarios en "alta dirección" y cargos sumamente importantes. 

Por lo menos así lo hicieron Marcos Peña, Jorge Triaca, Patricia Bullrich, Aguad, Frigerio, Prat Gay, hasta la propia vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti.