Daniel Cerezo, el trabajador social que se hizo famoso como "el ministro de la Felicidad" de Mauricio Macri está angustiado. Aseguró que se deprimió tras su paso a la notoriedad y que, si bien le ofrecieron cargos en distintos ministerios, por ahora decidió dar un paso al costado.

"Los medios automáticamente tomaron una nota falsa de que era el nuevo asesor o gurú de la felicidad. Yo lo que menos soy es un gurú. Aparte este nuevo gobierno tiene un tema con la felicidad, pero es simplificar algunas cosas importantes. Entonces caí en una boca de tormenta que a mí me hizo replantear un montón de cosas. Por lo menos, lo que yo buscaba en esa charla era llevar una voz diferente. Lo hubiese hecho con cualquier otro gobierno. Yo busqué llevar mi mensaje, inclusive en contra de muchas de la medisas que tomaron. Después, la verdad es que yo decidí dar un paso al costado", afirmó Cerezo en una entrevista con la revista Noticias.

La polémica surgió por una frase que él dijo durante esa reunión según la cual "todos somos pobres por lo que nos falta dar y ricos por lo que podemos dar". 

En este sentido, dijo que él arranca sus charlas con una idea distinta de los conceptos de pobreza y riqueza. "Yo arranco mis charlas justamente con estas palabras. Claramente existe una pobreza fundamental que es la económica, porque superarla es lo que te permite comer. Lo quiero dejar en claro, porque se hablaron muchas cosas. Pero me parece que todo el mundo se detiene a pensar en esa pobreza y no en las otras: la cultural, la educacional, en la falta de diálogo, de aceptar al diferente. Ser pobre económicamente no te limita a tener un montón de riquezas que a vos te puedan proyectar". 

Sin embargo, el gerente de Cultura y Felicidad de una empresa de alpargatas y luego fundador de su propio emprendimiento dijo que desde el Gobierno buscaron contactarlo después de la charla. "Después me empezaron a llamar para profundizar y ahí dije que no. Yo quise llevar una mirada y esa fue mi postura. Y creo que uno tiene que estar muy preparado para trabajar en el ámbito político. Todo el mundo me decía ´Aprovechá este momento´, y no me interesa aprovechar. Lo que yo veo de la política es que hacen cualquier cosa con tal de sotenerse. Entonces esa citnrua yo no quiero, ni tengo. Me llamaron de muchos ministerios, no importa cuáles. Llegué a ir a una entrevista. Pero antes de salir de casa mi mujer me dijo: ´Que no te gane la ambición´".

Más allá de esto, Cerezo no termina de cerrarle la puerta a la posibilidad. "A mí me gustaría estar más preparado. Yo hice un balance y traté de que no me gane la ambición, el ego ni las críticas. No estoy preparado para esto, creo. Por ahora. Y no sé si lo estaré".