El clima en Duro de Domar era de alegría por el naufragio de la Ley Ómnibus en el Congreso pese a las sucesivas concesiones que le había hecho el oficialismo a los bloques aliados.

Mariano Hamilton fue con el dato que faltaba para completar el esquema: el Gobierno no podía comunicarse con el Presidente y fue Santiago Caputo el que finalmente decidió bajar la ley a comisión.