El ministro de Justicia y Derechos Humanos dijo que los organismos de Derechos Humanos "cruzaron un límite" al hacer mención a la reunión donde le consultaron por la desaparición de Santiago Maldonado. Lejos de establecer una autocrítica dijo que "fue un diálogo entre sordos", e insistió en que "la reunión estaba guionada". 

"No había ánimos de los Organismos de trabajar en conjunto, sino simplemente plantear un reclamo, había un componente político por cómo se fue desarrolando", aseguró el ministro quién luego agregó: "La reunión terminó con una serie de frases desafortunada en términos de decir que nosotros sabíamos dónde estaba Santiago".

Sobre el final de la reunión dijo que los presentes decidieron "cruzar un límite". "Una pena, estoy profundamente dolido y triste. Acá todos deberíamos unir esfuerzos para esclarecer esta situación y no parecía eso en el fondo lo que estaba en la reunión de ayer" expresó.

Ya analizando las acusaciones que pensan sobre Gendarmería por la represión dijo livianamente que "hay un montón de puntos donde hay  miradas divergentes y cosas que se afirman que no son tales. Lo que señala la ministra es que hoy no hay ningún elemento que vincule a Gendarmería".

Con respecto al caso de un joven que era testigo protegido y que su nombre fue dado a conocer por Patricia Bullrich en su reunión en el Senado, el ministro tampoco reconoció el error y se justificó al sostener que "los testigos no están en el expediente".

También desestimó la llamada que un testigo sostiene que hizo al celular de Maldonado y del cuál atendieron. "Los mismo pasaba con una llamada. Los Organismos señalan la presunta existencia de una llamada. La ministra lo que les decía es que las compañías telefónicas argentinas dicen que no hubo ningúna habilitación de ese teléfono en el país en esos días", se defendió.