Andrés Ibarra, el mismo que fue criticado por haber puesto a su esposa en un cargo público y con un sueldo de 90 mil pesos, se mudó a 'un lugar mejor'.

Es que, debido a la gran cantidad de despidos en el sector público (como los hay en el privado), el funcionario no aguantó todas las protestas en su contra y optó por la opción más fácil: irse.

La decisión la tomó antes de la protesta de este jueves que salió en todos los medios, cuando trabajadores estatales nucleados en ATE ingresaron a la cartera de Trabajo.

Ibarra abandonó el edificio ubicado en Diagonal Norte al 511 para mudarse a las cómodas instalaciones de la petrolera Shell, ubicadas a dos cuadras.

El resto de los trabajadores del ministerio, en cambio, tuvieron que quedarse en el lugar y 'poner el pecho' a las protestas laborales.

Se calcula que, desde la asunción de Mauricio Macri, hay más de 40 mil empleados despedidos en el Estado, y todavía se esperan más medidas.