Es verdad: ante al ajuste sistemático ejecutado por el gobierno de Mauricio Macri, se llevan a cabo sistemáticamente protestas y cortes de calles, especialmente en la Ciudad de Buenos Aires. Pero para el ministro de Justicia y Seguridad porteño, eso parece estar mal.

En efecto, Martín Ocampo se quejó de los cortes "sistemáticos" en territorio porteño y afirmó que a "aquellos que están fuera de la ley, hay que aplicarle el rigor de la ley", ratificando así la política –sistemática también– de amenaza represiva que agita el Gobierno.

El funcionario tampoco se privó de recurrir a un viejo tópico que, no obstante, parece no caer en desuso para los gobiernos de turno: las protestas no responderían a necesidades insatisfechas o derechos (sobre todo, laborales) afectados, sino que tendrían un oscuro origen político- partidario.

Como se sabe, para el votante promedio del macrismo, eso espanta; al votante promedio del macrismo la política lo espanta…

"Hay un intento e idea de algunos que no asimilaron la derrota sufrida, que buscan canales de disconformidad, generar una agitación social que les permita llegar nuevamente al gobierno; esta idea de que es importante cortar la calle" para cuestionar al Gobierno, enfatizó.

En declaraciones por radio Nacional, Ocampo afirmó que "a todos nos molesta la ocupación del microcentro para movilizaciones de forma continua" y añadió: "No está mal, la democracia es el ámbito para reclamar y también existe el derecho a manifestarse, el tema es cuando se hace sistemáticamente".

Haciendo alarde de una omnisciencia inaudita, Ocampo sostuvo que "mucha gente es llevada a los cortes y ni saben por qué están en esa protesta", y planteó que "tenemos que terminar con los sistemas clientelares de la política, lo central es cómo hacemos política en la Argentina".

"El primer gran camino es el diálogo y aquellos que están fuera de la ley, hay que aplicarle el rigor de la ley", subrayó, advirtiendo que “cuando utilizamos la violencia es porque agotamos todos los recursos".