Mauricio Macri tiene una guía espiritual, una maestra como la llamó Joaquín Molla, su amigo personal y uno de los publicistas del gobierno porteño, cuando comenzó a hablarle de realizar alguna actividad para, en principio, desestresarse y finalmente mejorar su calidad de vida.

A mediados de esta semana y en un tiempo que parece ser de revelaciones políticas y  personales, fue el propio Macri quien develó que tenía una “armonizadora budista” en medio de una entrevista con Magdalena Ruiz Guiñazú.

“La grieta me tocó a mí como uno de los principales victimarios de esa agresión”, explicó. Tanto lo tocó que eligió el adiestramiento en el Dharma, un método que apunta a cultivar la paz y la felicidad interior para protegerse del sufrimiento, y mejorar así su calidad de vida.

“Entonces un colaborador me propuso por qué no incorporaba una armonizadora budista que me iba a hacer bien. Y la verdad que me hizo mucho bien, mucho. Me ayudó a conocerme a mí mismo mucho más, me ayudó  a liberar energías. La armonización me hizo mucho bien. (...) Una armonizadora budista es una líder budista que te ayuda a reflexionar y después te genera a través de los cuencos tibetanos y de los gongs una capacidad de adentrarte en vos mismo y de conectarte con áreas tuyas de tu cerebro que tal vez no utilizás”, contó el candidato a presidente del PRO.

Lo que no trascendió es el nombre de la maestra budista, que prefiere mantenerse en el anonimato. Además de esto, Macri también compartiría lecturas y en especial, charlas para potenciar ese camino de autoconocimiento. Todo por recomendación de Juliana Awada.