De movida me llamó la atención que estuvieran tan demacrados y ojerosos.

Pero bueno, tampoco era que me iba a hacer tanto problema... ¿Viste como es esto?

A lo mejor eran de esos fanáticos que les gusta la vida hipersana y que sólo toman agua de deshielo de montaña y comen lechuga y verduritas.

Claro que, después que los vi a “ellos” y ahí entendí todo.

Si los padres soñaban con descansar en estas vacaciones, se habían equivocado de una manera considerable. Su “descanso” era lo mas parecido a una película de terror.

El paisaje era maravilloso. Una vista soñada.

El lugar tenía todas las comodidades para relajarse y disfrutar. Ideal para encontrar La Paz.

Esa paz que ahora les parecía tan lejana.

Mira que a mi me gustan los chicos, eh. Los míos y los ajenos.

Pero estos chicos eran salvajes.

Definitivamente tres salvajes indomables. Nunca vi algo así.

Debían tener 8, 6 y 3 años, mas o menos.

Pero la que mas me llamaba la atención era la nena, la del medio. Tenía una cara de angelito que te deslumbraba.

Si hasta parecía esos querubines que pintaba Rafael.

Regordeta, con unos rulos rubios angelicales y brillo cómplice en la en la mirada.

Ella era la líder de esta pequeña célula terrorista familiar que atentaba permanente contra la integridad física y mental de esos pobres padres.

¿Vos sabes lo que significa no tener un segundo de paz? Pero ni un segundo, eh. Mirá que no exagero ni un poquito...

Te juro que me partían el alma..

El mas chiquito no paraba de caminar y tocar TODO. No le tenía miedo a nadie ni a nada. Un temerario el pibe.

El más grande era como el brazo operativo. Cumplía a rajatabla los planes que pergueñaba la peque.

Creo que hasta se entendían por telepatía. Porque a veces ni se miraban, o estaban lejos, pero parecían sincronizados. Como un pequeño grupo comando.

¿Viste esas películas en las que los tipos se hacen unas señas mínimas y saben exactamente que es lo que tiene que hacer cada uno? Bueno, era mas o menos así.

La cosa se puso más complicada cuando vi que le pasaban por arriba de la cabeza.

Fue cuando el tipo se tiró para agarrar al mas chico para que no se cayera a la pileta. El flaco voló como Goycochea atajando uno de los penales del Mundial 90.

Justo en ese momento,  como saliendo de la nada, aparecieron los los salvajes mayores saltando al padre como si fuera un tronco caído mientras dejaban caer los baldes de agua helada.

El grito del pobre tipo te partía el corazón. Era como un desgarro del alma.

Fue en ese momento cuando la pequeña rebelde me vio. Vio que había visto lo que habían hecho.

Entonces se acercó a mi.

Te juro que pensé cualquier cosa, no sabia que hacer.

Para cuando me di cuenta la tenía al lado mío. En eso veo que me extiende su mano y me guiña un ojo.

Dos segundos después la nena ya estaba a mas de 5 metros de distancia. Iba de la mano de sus hermanos. Lo mas tranquilos.

Cuando abrí la mano, me di cuenta que me había pasado un caramelo. ¿Viste esos masticables que después de un rato en el bolsillo se ponen blanditos y pegajosos?. Bueno esos...

¿Sería un soborno por mi silencio.? ¿Ese chichón del suelo con cara de angelito estaba tratando de sobornarme? ¿Podía ser posible esto de ese querubín infernal?

Me metí el caramelo en la boca y guarde el envoltorio en el bolsillo. Bajé la vista y volví a concentrarme en mi lectura.

No era época de andar pensando en boludeces.....