La situación en “los países serios”

Con la situación de Grecia podemos ver y recordar cuales son las consecuencias, o los azotes del neoliberalismo global. Hoy los actores rotan, ahora es la Reserva Federal el “policía malo” que quiere subir las tasas de interés, le toca al FMI ser “el policía bueno” que se resiste. Una próxima suba de tasas de interés beneficiara a los acreedores privados de préstamos otorgados a tasas variables, perjudicando a sus correspondientes deudores. El ahorro que será necesario para pagar las deudas tomadas durante ocho años de tasas bajas indirectamente afectara el nivel de actividad económica, los salarios y el nivel de empleo mundial. Mientras tanto fortaleciendo el dólar, se esta auxiliando a una eurozona que desde 2008 llevó los costos del ajuste (concediendo el primer lugar a la recuperación de EE.UU.), hoy Europa ya da cuenta de una situación insostenible.

Las elecciones en la Argentina

Los actores políticos nacionales de la crisis de 2001, expresan no desear que se hable más de la crisis de 2001, argumento demoledor e incontestable en contra de su reconstruido discurso. La razón es indudable, se presentan candidatos y planes económicos propiciados por los mismos políticos y economistas implicados en aquel fracaso. Reaparecieron enmascarados inclusive estéticamente, sin haber pagado los costos de haber desatado aquella violencia denigrante, por supuesto que se resisten a ser descubiertos por los nuevos votantes y quienes fueron “los patos de aquella boda”.

La importancia de elegir presidente y legisladores en las próximas elecciones, hace necesario revisar los archivos previos a la crisis 2001 y las posteriores tramitaciones 2002. Es tiempo de Google, Youtube y colecciones.

La sanción de la denominada “Ley de convertibilidad” que reglamentó el fenómeno político económico en términos de legalidad frente a la ciudadanía, estableció las condiciones previas para iniciar un proceso de privatizaciones y apertura de los mercados nunca antes visto, estableciendo una estructura institucional de apoyo, que reiteró una vez más la eficacia simbólica de las leyes y la dominancia ideológico-tecnocrática, en contraposición con la aguda brecha social que se consolidaría, finalizando con una polifacética crisis. Mas tarde, la volatilidad jurídica y la ruptura de contratos en 2002,  reglamentó la anomalía política económica en nuevos términos de legalidad, estableciendo las condiciones para salvar deudores privados adquiriendo el estado una relación de endeudamiento extravagante, que hizo imprescindible la restructuración de la deuda externa con quita.

Los fondos buitre, y las expresiones de los candidatos de un partido político local, junto a los aliados auto denominados, “profesionales independientes”

Los responsables directos e indirectos del desplazamiento del territorio nacional de la jurisdicción de la deuda pública, a la ciudad de New York, y otras ciudades-muchos marchan por fuera, autodenominándose independientes-, siguen insistiendo a favor de sus propios esquemas propiciados para resolver controversias inadecuadamente, que derivaron en estas inconsistencias entre los intereses nacionales e internacionales e intromisiones impertinentes, no solo en la Argentina.

Otra flamante candidata del partido defensor de los fondos buitres propone pagar primero y dejar para después la problematización de este fenómeno que hoy afecta los principios fundantes del estado de derecho y la concepción política de las democracias constitucionales modernas.

Un espíritu conciliador encontrara límites

Es difícil acordar con la lógica de quienes son guiados solamente por intereses, nunca razonan fuera de un espacio de adiestramiento que es sumamente estrecho.

Aunque se quiera evitar la denuncia con descalificaciones tales como “terminemos con 2001”, o “este no es un debate de historia”; insisto y ratifico que cobra especial relevancia recordar consecuencias y precursores del concepto “liberalizador” de las políticas públicas orientadas desde las administraciones de los ex presidentes Menem y De la Rua.

Precaución para el electorado y el candidato Scioli

En la medida que claramente existieron coincidencias entre los mencionados ejes, es necesario advertir y recordar permanentemente aquel fenómeno político-la crisis de 2001-, con el objeto de evitar nuevas experiencias frustrantes que tienen el potencial de destruir las instituciones si se repite una nueva crisis, que además reinstalaría una brecha social inmanejable, emergente de la aplicación de tales estrategias; debería ser este el principal considerando de campaña del binomio Scioli-Zannini.