RECONOCIDA CRONISTA DE PRESTIGIOSO MATUTINO PIERDE SUS FACULTADES PERIODÍSTICAS EN PLENA RUEDA DE PRENSA

Una periodista –a quien para preservar su indentidad llamaremos N.N. cuando hacía uso de la palabra para interrogar a las presidentas de Chile y Argentina sufrió ayer lo que algunos expertos ya consideran un sindrome peligroso que atacaría, lamentablemente, a los periodistas más serios y objetivos de nuestro país. A continuación la desgrabación de la pregunta de N.N.

“Eeeh buenas tardes a ambas eeeh presidentas eeeh… la pregunta es la siguiente eeeh el año pasado eeeh fruto eeeh de algunos ehhh…. Algunas políticas deee La Cámpora en particular… o por lo menos así se identificaba el gobierno de Piñera tuvo fuertes cruces con el gobierno argentino y hubo de un ámbito empresarial que fue los intentos de correr a LAN de aeroparque un tema político. Quería saber si eso también formó parte de la reunión de la presidenta, si hubo un pedido especial y en qué situación está eso para el ejecutivo chileno y también para la presidenta de argentina qué opina de este aspecto y cómo se ha involucrado la presidenta.”

Es notorio que la incomprensible y abstrusa pregunta de esta profesional, donde verbos, sujetos, proposiciones y predicados no encajan en la lógica gramatical, indica un estado emocional preocupante que podría estar mellando sus facultades intelectuales. Pero lo más inquietante es que este no parece ser un caso aislado.

Otros periodistas de igual seriedad y prestigio sufren problemas similares que los imposibilitan para articular sus ideas con claridad. Haciéndolos parecer personas con baja capacidad intelectual y graves dificultades cognitivas, cuando en realidad se trata de los más destacados periodistas de nuestro país.

Expertos aseguran que estos profesionales al vivenciar a diario los ataques del gobierno montonero están sufriendo lo que podría compararse con el stress de guerra. Así es como otros colegas de N.N. tienen problemas para reconocer la realidad y desde sus programas periodísticos se dedican a conversar con actores disfrazados como si estos fueran los verdaderos protagonistas de las noticias. Tal el caso de J.L. (a quien mantendremos en el anonimato) quizá el más brillante de este grupo de profesionales de larga y seria trayectoria, quien a ojos de un distraído podría parecer un imbécil o un psicótico, que confunde realidad con ficción. El señor J.L. insiste de manera compulsiva en utilizar un dedo levantado como argumento para rebatir los sucios ataques que viene sufriendo por parte del gobierno autoritario. Es preocupante que este multipremiado profesional -a quien los estudiosos en forma unánime consideran prácticamente un genio en lo suyo- esté de tal manera conmocionado por la violencia oficial que en sus últimas apariciones se lo ve con el dedo levantado, vestido con ropas que lo ridiculizan, e insultando a sus obedientes empleados y colegas, además de los comprensibles insultos al gobierno y sus secuaces. Aunque hay que destacar que J.L. todavía conserva la lucidez suficiente como para evitar faltarle el respeto a sus jefes.

Por otra parte hay que recordar el caso de otro notable a quien llamaremos N.C. –de intachable y larga trayectoria periodística y brillante analista- quien suele conversar a diario con la presidenta montonera aún cuando ella no esté ni lo escuche. Este excelente profesional también sufre de algún tipo de trastorno que lo lleva a inventar inexistentes enfermedades en políticos. Estas enfermedades no sólo son imaginadas por N.C. sino que él también es capaz de describirlas con detalles, brindar la fórmula para prevenirlas, los métodos para curarlas y también las razones para desearlas.

Un estudio de la más prestigiosa, seria e independiente universidad privada de la Argentina realiza un seguimiento de estos y otros muchos profesionales, y aunque sus conclusiones todavía no están listas, se espera que los resultados revelen una situación alarmante. Los estragos serían irreversibles y los casos se extenderían a niveles de alerta.

Lo cierto es que periodistas de las más altas calificaciones, de inteligencias brillantes, y de larga experiencia en su especialidad están sufriendo una importante pérdida en sus capacidades intelectivas. Inconvenientes para expresarse, irritación, trastornos afectivos, dedos levantados, conversaciones sin interlocutor, paranoia, dificultad para discernir entre realidad y disfraz, ropa de colores, chistes de mal gusto, compulsión agresiva, amenazas violentas, auto-humillación, etc.

Todo esto, según lo adelanta el estudio científico -y lo sabe cualquiera que vea televisión- es lo que una dictadura autocrática ha conseguido al perseguir a los mejores periodistas de nuestro país. Es evidente que con la misma habilidad con que destruyó al país, este gobierno montonero y sus esbirros están logrando que nuestros mejores y más capacitados periodistas independientes, verdaderas luminarias que supieron esclarecer a toda la población sobre la realidad que la circunda, hoy vean sus capacidades tan menguadas que dan pena. Y a veces también dan risa.