Vengo de una cultura de la radio en mano: en los tablones de la vieja cancha de Quilmes los hinchas tenían pegado a su oreja el receptor, querían saber el resultado del partido del equipo que le disputaba al cervecero el ascenso a primera. También conocí a timberos que acariciaban a la spika como si fuera un gato dormido, hasta que la voz de Riverito la hacía maullar con el implacable: “¡ooooooocho!”. Mañanas urbanas de descargas de la AM en los taxis, donde el informe agropecuario anunciaba la cantidad de cabezas que habían ingresado al mercado de Liniers; tardes en las que un radio gigante lograba que la cumbia se confundiera con los cantos de los vendedores ambulantes en la estación Constitución; noches de baladas románticas en pensiones en las que los solitarios dormían abrazados a su radiodespertador, soñando que abrazaban a la locutora.

Hace años que la radio adoptó una nueva manera de llegar al oyente, de hecho es extraño - diría insólito - ver a “millennials” (millennials, los nacidos entre 1981 y 1995) escuchando radio con un receptor tradicional. Posiblemente la mayoría de este generación jamás haya escuchado radio de esa manera, salvo en el auto. Ellos crecieron con la radio on line: la radio en la computadora, en la tablet, para encontrarla definitivamente en su smartphone, ya sea por aplicaciones (apps) exclusivas de sus radios favoritas o aplicaciones que permiten acceder a varias radios (Tunein, Digitally Imported, iHeartRadio, etc.)  o podcast (contenidos de radio on demand, que se descargan directamente al celular). Es importante señalar que como todas las cosas, la tecnología es cíclica y ya se consiguen parlantes que se conectan de forma inalámbrica al smartphone, tablet u otro dispositivo Bluetooth, por lo que los millennials también usarán al parlante en mano, ya no la spika o tradicional receptor de radio, desde luego. Sin embargo hay una manera nueva de relacionarse con la radio que esta generación incorporó y es la de la radio a la carta. Los contenidos de radio personalizados, es decir, la radio hecha a medida de sus gustos. Como el parlante está conectado a internet puede pasar a un servidor de la radio que sea (o servicio que sea, caso spotify) datos sobre el comportamiento del oyente, haciendo que la "programación" sea cada vez más centrada en él. Estos oyentes, a diferencia de los que tenían que esperar el programa de las baladas nocturnas para ratonerase hasta quedarse dormido, o los que debían esperar al programa de Riverito para saber cómo andaban de suerte, hoy pueden elegir estaciones digitales de radios de baladas románticas o radios (o podcast) que brinden información acerca de los sorteos. En este contexto, Noruega acaba de anunciar que será el primer país del mundo en apagar su señal de FM. Es decir, ya no transmitirá tradicionalmente: las emisoras serán estaciones de radio digital, por tanto se escucharán a través de aplicaciones, podcast , desde sus páginas web o desde receptores digitales. La antena de radio y el viejo receptor pasarán a poblar el mismo paraíso que el buzón, la videocasetera, el diskette, el teléfono fijo, el walkman y tantas otras cosas. El ministerio de Cultura de Noruega estima que la digitalización de sus emisiones nacionales de radio resultará en un ahorro anual de unos US$25 millones. Otras razones que arguye son que las emisiones de radio digital son de mejor calidad y que habrá más canales, más diversidad de contenidos. El analista británico James Cridland, le dijo a la BBC: “El momento del apagón de FM en Noruega será un momento de nerviosismo para la industria global de la radio. Espero que los noruegos hayan hecho lo suficiente para retener a las audiencias radiofónicas y para asegurarse de que quienes no han hecho todavía el cambio digital vayan y lo hagan. Mientras que con la televisión es importante que vayas y te compres un aparato nuevo, quienes escuchan radio puede que decidan en su lugar escuchar su colección de CDs o Spotify".  Ante los alarmistas que consideran este cambio un peligro para la existencia de la industria de la radio, cabe preguntarse: ¿Acaso alguien creyó verdaderamente que El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha desaparecería por la llegada del libro electrónico, o que la gente dejaría de ir al Louvre a visitar la Mona Lisa porque con un sólo click puede tener en el celular su reproducción en alta definición? La tecnología evoluciona, y con ella, por supuesto, la cultura; sin embargo el alma de las cosas que el humano tiene para contar y que necesita escuchar seguirá siendo la misma: la radio es radio por lo que tiene para decir. Es importante señalar que también se avanzará en otro tipo de relación comercial, la publicidad será más personalizada, acorde a los gustos del oyente, se podría utilizar lo que hoy se conoce como "retargeting" pero radial (Retargeting es una técnica de publicidad online utilizada por anunciantes y agencias para recapturar consumidores potenciales que en su momento no se transformaron en lead o venta. La intención es enfocarse en aquellos visitantes del sitio web que abandonan la página sin haber realizado alguna compra o acción)

Considerando la relación que los “millennials” tienen con la radio, podemos asegurar que esta generación de oyentes no advertirá el “apagón analógico” ya que sus integrantes nacieron como oyentes digitales, ellos confirman que la radio del siglo XXI hace tiempo comenzó y que goza de buena salud.

El que quiera aprender a escuchar la radio del mañana, pídale a los chicos de hoy que le enseñen.

*Con colaboración de Pablo Menegol