Desde hace más de una década la administración y cobro de los recursos públicos están privatizados en Córdoba. Kolektor es la empresa y Hermann Karsten su rostro más visible. Como señaló el tributarista cordobés Marcos Siquiera, "el personal de la Dirección de Rentas se limita a realizar trámites administrativos, mientras que las funciones importantes recaen en esta empresa privada encargada de la verificación, la recaudación y el control de las obligaciones impositivas de la provincia ... Es más, se le ha concedido a esta empresa la prerrogativa de denunciar penalmente y comprometer la vida de los cordobeses con penas de hasta 10 años ..."

Partiendo de la base que administrar, conducir y controlar la gestión de la recaudación impositiva es una herramienta del Estado que nadie que asuma la responsabilidad de gobierno quiere resignar, la pregunta que corresponde hacerse es si realmente quienes encabezan el proyecto político de Córdoba se han desentendido del tema. En otras palabras, si realmente nada tienen que ver con Kolektor. Parece difícil que quienes encabezando un proyecto político de una de las provincias más grandes del país, que además fue (y es) utilizada como plataforma de lanzamiento en un proyecto nacional varias veces reiteradas en las aspiraciones presidenciales de De la Sota, se hayan desentendido de la cuestión. Repito, desde el sentido común el solo análisis político nos ubica en la zona gris de las sospechas.

Lo cierto es que todo fue conducido y desarrollado con un bajísimo perfil, logrando pasar desapercibidos a pesar que la empresa Kolektor tiene bajo su gestión 3,5 millones de cuentas tributarias, el cobro de los impuestos, el recupero de las multas de la policía caminera, la Epec y otras acreencias denominadas no contributivas. Es decir, todo de fuerte impacto en la vida de los cordobeses. 

En noviembre-diciembre del 2014 se produce un punto de inflexión al masificarse el conocimiento de Kolektor y su entramado a partir de la viralizaciòn de cámaras ocultas, donde el propio Karsten aparece en una actitud non sancta ofreciendo a un periodista dinero de pauta oficial e información privilegiada a cambio de que modere sus críticas contra De la Sota y dé protección a Horacio Miró, ex funcionario y conocido operador del ex gobernador. Como es de suponer, los videos -youtube "la cara oculta de Tomás Mendez"- provocaron una conmoción y lo que en principio desde el sentido común generaba una sospecha, repentinamente se encontró con un escándalo que visibilizó desde los dichos de los propios protagonistas el entramado velado durante años. Naturalmente la oposición y distintos sectores retumbaron con críticas y denuncias de todo calibre por la conexión Karsten - Kolektor - Miró - De la Sota - la empresa Britos SA - obras públicas y varios etcétera.
Incluso las denuncias continuaron por hechos que traspasaban nuestras fronteras. Vinieron desde Guatemala como consecuencia del intento de privatizar en ese país el cobro de impuestos replicando la experiencia cordobesa. La reacción social guatemalteca, sumado a los escándalos de corrupción conocidos como La Linea, que llevaron a la prisión al Presidente Otto Perez Molina y una docena de funcionarios interlocutores de Hermann Karsten frustraron la iniciativa, no sin antes haber cumplido pasos que fundamentaron la denuncia que en nuestro país se realizó por soborno internacional, desencadenando una serie de allanamientos en diferentes domicilios de Kolektor en Còrdoba y Buenos. Pero esto forma parte del capítulo internacional que también tiene ramificaciones con el Lava Jato brasileño. En fin, esta es solo una parte de "la cara oculta de Córdoba". 

*Ex Diputado Nacional