Pasó una semana donde los comentarios acerca de la cantidad de desaparecidos dejó un tufo nauseabundo. Exteriorizado que fuera ya, el grado de desprecio de aquella frase de Macri: “el curro de los derechos humanos se termina conmigo”, lo que recién terminó fue la sentencia del represor Menéndez y una banda de facinerosos que tomó por asalto al ejercito nacional y popular del General San Martín.

Las novedades económicas y sociales no son alentadoras.

Crece la protesta popular porque aumenta el cinismo de los funcionarios de la alianza gobernante, que utilizando una neolengua inspirada por Duran Barba, quiere disimular los sus presuntos actos de corrupción y pensamientos inconfesables, a la vez que avanzan sobre la ilegalidad asumida como eficiencia del Estado. Hablan de como hubiésemos sido una quimérica colonia inglesa como Australia, pero actúan como si fuésemos la población emergente de la colonia India. Pretendieron nombrar jueces por decreto, intentaron estafar ciudadanos, empresas y clubes con tarifas exorbitantes, no rinden cuentas de los Panamá Papers ni Macri ni Grindetti, todo el gabinete tiene cuentas fuera del país, la gobernadora se hace la casita de Heidi dentro de un cuartel despilfarrando dinero, las joyas y las bolsas de Michetti, los contratos de sus marido y novio, los contratos de Niembro y Caputo, la casita alquilada de Gutiérrez de Farallón; en solo ocho meses, al mismo tiempo, hemos bajado la calidad de la democracia y disparado la desigualdad social agregando 1.4 millones de pobres, 200.000 despidos, a una velocidad inusitada.

El gobierno quiso ignorar que en 2001 emergieron nuevas demandas de nuevos actores que por 12 años tuvieron garantizado un lugar legítimo para trabajar y hacer cosas. Es esa omnipotente pereza mental que les hace creer que la legitimidad democrática ya esta consolidada con el triunfo de las elecciones de Diciembre de 2015. Ellos pensaron: “ya ganamos, tiremos globos y pasemos a otros temas”. No comprender que el 49% de la sociedad ha formado una insipiente conciencia de sociedad que se quiere a si misma, como las sociedades que vivieron en ciudadanía plena. No va a ser fácil desalojar ciudadanos de los espacios que les fueron garantizados porque se han constituido en formas de poder. Las oportunidades se dieron porque dieron pelea para mejorar la desigualdad y salir de la pobreza. Es vergonzoso que a solo ocho meses de gobierno ya se pueden plantear demandas éticas y de eficacia, esta vez no será fácil privatizarlo todo y dejar un Estado desguarnecido, en un mundo globalizado, desesperado por encontrar soluciones para sus sectores privados. El Estado ha sido invadido por poderes particulares que se incorporaron al gobierno, y como lo lograron sin un cerco protector republicano, podrían convertirlo en un Estado híper corrupto, donde los deshonestos López o Báez pueden llegar a ser canonizados en comparación. Con la cantinela de gestionar con eficiencia (justifican la rapidez) para resolver asuntos-según el concepto PRO-lo único que se ve es una tentativa permanente de violación institucional.

Sus amigos economistas críticos de la “ancha mano derecha-que tiene 3/4 rieles-en la avenida neoliberal” le soltaron la mano. En lo único que aun coincide es, en esa mirada teleológica donde imaginan que nuestro destino es parecernos al norte y, de acuerdo a esta visión estamos mejor o peor si estamos más cerca o más lejos de lograrlo.

Sigue el embole de ese lenguaje cuidadosamente elegido, falso de acuerdo a lo que piensan realmente y en relación con sus acciones de gobierno, la opinión pública comienza a no tolerarlos. Ni siquiera se soporta a Michetti-que gozaba de ciertos privilegios- que explica sanateando en forma incoherente-al mejor estilo de Fidel Pintos-el origen de las bolsas, los sobres, los placares, las becas para el “Lauti” que todavía no decidió pero ya tiene la guita y el novio adjudicatario.

El fallo de la Corte le puede costar hasta $ 60.000 millones en el peor de los casos, la comisión bicameral del Congreso le freno un aumento del presupuesto por $ 76.000 millones-el panorama fiscal se complica-las necesidades de financiamiento ya son de 500.000 millones en pesos (ya se comieron 6.000 millones de los 11.750 que le sobraban en dólares), le devolvieron $ 30.000 millones a los sindicatos y ahora estos no le aseguran que no le harán un paro general. Es que las bases “trinan”.

Brasil con un riesgo país de 180 basis points por debajo de Argentina es más apetecible para los inversores. En solo un semestre la deuda publica aumento 5% del PBI, el stock de LEBAC ya alcanza la extravagante cifra de $ 620.000 millones, cae el crédito al sector privado, el dólar sigue planchado perdiendo competitividad por la enorme inflación y, genera una bicicleta financiera impagable. Los indicadores de actividad sectoriales todos con caídas interanuales de magnitud, las Calificadoras de Riesgo nos descalifican, HSBC nos pide que dejemos de mentir; y sobre llovido mojado, el aliado Massa se pone confrontativo.

Creo que si llegan así a las elecciones de 2017, aunque pierdan por mucho margen, deberían considerarse realizados; total, como dijo Prat Gay, “el trabajo sucio ya lo hicimos”, y con ello su recompensa puede que sea más que el simple reconocimiento por los servicios prestados.