La Beriso lleva casi veinte años recorriendo escenarios, pero desde 2012 su popularidad creció de manera exponencial. Con un cúmulo de estilos, el grupo fue formando el suyo tomando cosas de los referentes del estilo, entre folk y rockanroll barrial, se escuchan en su música resabios de Callejeros, Viejas Locas o sus contemporáneos Las Pastillas del Abuelo. Y la identificación de su público en sus líricas fue clave en el salto al profesionalismo.

Desde la tapa de la revista Billboard o incluso, en una entrevista publicada por Infobae, Rolo Sartorio representa esa preocupación de la gente por la difícil e injusta cotidianeidad, pero lejos de alumbrar con un pensamiento de construcción se enreda en percepciones delatoras de un costado intolerante y violento.

"Contra los chorros, las ratas matavidas, que matan a nuestros amigos y familia. Eso es lo que más detesto. Ni siquiera son ladrones como eran antes, que cuando no tenías plata te daban un cachetazo y se iban. Me acuerdo a los 16 saltó uno de un árbol y nos trató de afanar. Ahora te meten un tiro por 20 mangos. Eso lo odio. Armaría un escuadrón, pero corta acá que si me enrosco no puedo parar", le contestó al periodista de Teleshow, Santiago Torres -la tapa de Billboard lo caracteriza como boxeador- ante la pregunta '¿contra quién usaría los guantes?'.

Las polémicas declaraciones de Rolo Sartorio de La Beriso

"A favor del respeto y de la educación. De que los chicos no pasen hambre. De que alguien se encargue que no se mueran los pibes. Esos que ves descalzos en la calle, con mocos en la nariz, pidiendo plata", respondió sobre las cosas por las que se subiría al ring, en una seguidilla de premisas vacías que recuerdan a los discursos de las miss universo -"quiero la paz mundial"- o de las promesas de un presidente que nos convenció de que lograría 'pobreza cero'. 

"Yo de política no hablo porque está todo dividido", dice en otro tramo de la nota, pero en la siguiente frase se arrepiente. "Los militares hicieron muy mal, pero la democracia también hace muy mal a la Argentina. Democracia no es que maten gente y no vayan presos", reclamó contra el sistema tirando balas al aire, equiparando dictadura y democracia.

"Yo prefiero ser pobre, mandarme a vivir en un rancho, pero prefiero que mis hijos puedan caminar por la calle", se puede leer en la transcripción de la charla. Aunque se ponga auténtico esfuerzo no se puede entender qué intentó decir entre esas premisas.

A pesar de todo esto, Sartorio abogó por un cambio social que venga desde la relación entre las personas: "La revolución tiene que ser el respeto. Me parece que con el respeto, podemos llegar al país que todos queremos", definió con esperanza. La misma que esbozó para matizar sus ganas de salir a matar con su "escuadrón", mientras describía las diferencias entre la delincuencia del pasado y la actual: "Esos pibes tampoco tuvieron educación, no nacieron chorros y ahí empieza la rueda. Pero bueno, capaz algún día se corte eso", deseó.