En un insólito revés, la Corte Suprema de Nueva Zelanda retiró los cargos al baterista de AC/DC, Phil Rudd, de haber querido contratar sicarios para matar a dos personas.

A tan sólo un día de la noticia que dio vuelta al mundo, los jueces tomaron esta nueva determinación por falta de pruebas para consolidar la acusación.

Pero el abogado del músico declaró que esto perjudicó su imagen, más allá de la nueva decisión judicial: "Los cargos que alegan el intento de planear un asesinato nunca deberían haber sido puestos”.

“El señor Rudd ha sufrido una publicidad innecesaria y extremadamente dañina como resultado de la expansión sensacionalista de una alegación muy seria, que en ningún caso está justificada. El daño provocado es incalculable”, expresó su representante legal.

Más allá que el batero de una de las bandas más grandes de la historia ahora esté exento de ese crimen, todavía la Justicia mantiene los cargos de posesión de metanfetaminas, cannabis, y una supuesta amenaza de muerte, que conlleva una pena de hasta siete años.

El baterista había sido arrestado el jueves por la mañana en un operativo policial, acusado de intentar contratar a un asesino a sueldo para matar a dos hombres sin identificar a finales de septiembre. En tan solo un día, los jueces cambiaron de parecer.