Juana Molina tenía una anécdota guardada que incluye nada más y nada menos que a Luca Prodan. Ocurrió en los 80, cuando se encontró con Luca y con otro hombre.

La historia fue narrada a la revista Rolling Stone, en la cual figura como la última portada. Y a los periodistas, les dijo lo siguiente:

"Una vez los dos nos subimos al auto de un tipo, que no me acuerdo quién era, pero tenía un fitito tuneado con ruedas gigantes", recuerda Juana. "Era bastante ridículo. Yo iba en el asiento del acompañante y Luca en el de atrás. De golpe el tipo me empezó a hacer preguntas y por dentro pensaba: 'Ay, este pesado me está tirando onda, la puta madre'. En un momento el tipo me pone la mano en el muslo. Yo era muy joven y sola no hubiera sabido qué hacer con ese tipo ahí. Me quedé dura. Medio que era como un hecho que cualquier tipo te podía poner una mano encima... Y cuando lo ve, Luca salta y le grita (imita el acento tano): '¿Pero no te dasss cuenta que no quiere que la toques? ¿No tenésss nada en la cabeza? ¡La chica no quiere saber nada con vos!'. El tipo no sabía dónde meterse. Se quedó asombrado. Y yo lo miraba a Luca sonriendo y pensaba: '¡Mi ángel de la guarda!'"

Juana Molina empezó a recorrer el under porteño de la mano de Omar Chabán (como muchos en esa época) y a través de un encuentro casi casual: cuando viajaba en el colectivo un hombre con el que nunca había hablado le dijo: "Vos no sos de acá". "'Sí soy', le contestó y el hombre insistió: 'Bueno, pero estuviste mucho tiempo afuera'. Era Omar Chabán. Me había sacado la ficha." A partir de ahí se hizo habitué del Einstein, cuenta la publicación.