La señora se fue de su casa durante varias semanas y la Sociedad Real para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RSPCA, por su sigla en inglés) recibió una denuncia de que sus gatos habían quedado solos y sin cuidado alguno.

"Cuando los inspectores de la RSPCA llegaron a la vivienda, el único gato sobrerviviente, completamente famélico, estaba maullando para que abriésemos la puerta lo antes posible", explicó la inspectora Andrea Lewis.

"Los restos de los otros trece gatos estaban esparcidos por toda la casa. Fue una visión desgarradora", añadió.