Ocurrió en Township, Michigan, Estados Unidos, cuando un hombre de 36 años, que no fue identificado, se disparó accidentalmente y murió frente a su novia.


Según publicó el diario Detroit Free Press, el joven estaba intentando demostrar la seguridad de los revólveres sosteniéndolos contra su cabeza y apretando el gatillo.


Desafortunadamente, la tercera pistola se disparó, provocando una grave lesión en la cabeza del hombre que terminó con su vida.


Tres niños de 7, 10 y 12 años estaban en casa, pero ninguno fue testigo del incidente. La novia del hombre le dijo a las autoridades que él había estado bebiendo la mayor parte del día antes de que ocurriera la tragedia.


"La situación es bastante particular, nunca había escuchado de nadie que pruebe la seguridad de las pistolas apuntándose en la cabeza y apretando el gatillo", dijo el oficial Michael McCabe al diario Oakland Press.