Ocurrió en Zimbabue, Sudáfrica, donde Andrew Chimboza, de 35 años, asesinó a puñaladas a Mbuyuselo Manona, el amante de su exnovia, a quien luego le extrajo el corazón para comérselo.

De todas maneras, el fiscal no consiguió probar que Chimboza actuó con premeditación, lo que le habría costado la cadena perpetua.

“Desde mi punto de vista, una sentencia de 18 años es apropiada”, dijo el juez Ashley Binns-Ward durante la jornada, que no consideró ningún tipo de atenuante debido a la brutalidad del crimen.

Varios testigos declararon durante el proceso haber visto al condenado sacar y comerse el corazón de Manona, con quien tuvo una discusión antes del crimen.