Este desconocido artrópodo cuenta con 414 pies y 200 glándulas venenosas y fue descubierto en una cueva del parque nacional de las Secuoyas, en California.

Además de la gran cantidad de pies y los dos centenares de glándulas venenosas, cuyo origen sigue siendo un misterio, el invertebrado tiene un aparato bucal de extraño aspecto con una función aún desconocida y un cuerpo cubierto de largos pelos sericígenos. 

Y quizá lo más curioso de este diminuto pero peligroso animal no son sus patas o su veneno, sino sus habilidades sexuales: el artrópodo dispone de cuatro penes, que al parecer han evolucionado a partir de sus pies.

La extraña criatura no ostenta el récord de pies en el mundo natural: los ciempiés hembra de la especie Illacme plenipes, de tres centímetros de largo, tienen 750.