Estudios científicos afirman que tanto en hombres como mujeres que fallecieron ahorcados -fueron ejecutados o se suicidaron- la erección del pene y la inflamación de la vagina post mortem no es algo imposible: más específicamente en el caso de los masculinos, en el 30 por ciento de los casos estudiados, la erección incluye orina, mucosa o semen.

Así que técnicamente, no sería descabellado creer la historia de Felicity Marmaduke. La mujer trabajaba limpiando cuerpos en una morgue y tenía una extraña fascinación sexual con los muertos, que se denomina necrofilia. 

Felicity tuvo la chance de tener relaciones sexuales con un hombre muerto, según ella misma confesó, pero jamás esperaba que aquella relación pudiera terminar en la creación de una vida. La oportunidad de detectar la erección del pene de un hombre muerto no pasó de largo entre sus fantasías más perversas. 

Luego de contar su historia para explicar quién era el padre de la criatura la justicia decidió encarcelarla: en prisión dio a luz y aseguró que demandará a la familia del difunto para lograr una cuota de manutención.