Los espectadores pensaron que el suicidio que interpretaba el actor italiano Rafael Schumacher, de 27 años, era una escena más de la obra que se llevó a cabo en la sala del Teatro Luz, en Pisa, Italia. De todas maneras, un médico que se encontraba en la sala notó que el actor temblaba debajo de la máscara y dedujo que el estrangulamiento era real, por lo que alertó a la producción.

A pesar de haber recibido asistencia inmediata, el cerebro de Rafael ya había sufrido las consecuencias de la falta de oxígeno, provocando que este quedara inmerso en un profundo coma.

El director de la obra le contó al diario español 20minutos que la escena original del suicidio había sido pensada para que sea medianta un disparo, pero el actor cambió su parte a último momento y optó por fingir su muerte mediante un ahorcamiento.

Los investigadores determinaron que la caja en la que debía apoyarse el actor se movió, que la soga que debía ser falsa no lo era y que, además, Schumacher no llevaba un arnés de seguridad que lo sujetara en caso de accidente.

Una de las hipótesis policiales indica que el joven actor habría planeado todo de antemano para quitarse la vida a propósito sobre el escenario, pero su madre salió a desmentirlo. "Mi hijo acababa de perder a su padre y recientemente había terminado una relación de pareja, pero él había encontrado la serenidad de nuevo. Él no dejó ninguna nota de suicidio y no hay ninguna razón de peso para que quiera morir", sostuvo.