En su visita a China, el presidente ruso Vladimir Putin se refirió a la escalada de tensión en la península coreana entre el Norte, el Sur y Estados Unidos. 

Al respecto, Putin le pidió al Gobierno de Donald Trump que deje de “intimidar” a Pyongyang aunque también criticó las pruebas de misiles de Corea del Norte a las que calificó como "peligrosas" y remarcó  la necesidad de que se retome “el diálogo” con el régimen de Kim Jong-un. 

“Estamos absolutamente en contra de la expansión del club de potencias nucleares”, declaró Putin en una rueda de prensa tras la clausura de la cumbre sobre la nueva Ruta de la Seda que había organizado China en Pekín. 

“Debemos dejar de intimidar a Corea del Norte y encontrar una solución pacífica al problema”, declaró el jefe de Estado alineándose con la posición China de rechazo a la presencia de Estados Unidos en la zona. 

El misil que Corea del Norte probó con éxito el domingo es, según la agencia de noticias norcoreana KCNA, un cohete tierra-tierra Hwasong-12, que recorrió 787 kilómetros y alcanzó una altura de 2.115 kilómetros antes de caer “en el punto preciso previsto”; que fue el mar de Japón, a unos 500 kilómetros de la costa rusa. Incluso  Donald Trump bromeó al respecto y señaló “no puede imaginar que Rusia esté muy complacida”.