Esta niña de siete años llamada Yunika ha sido designada este jueves como diosa viviente en Nepal, informa ABC News. La tradición de elegir a la diosa Kumari se remonta a muchos siglos atrás, existiendo la adoración de niñas diosas tanto en la tradición hindú como budista.

La nueva Kumari vive con su madre y su padre, que han dejado sus trabajos para convertirse en sus cuidadores. A la diosa Kumari no se le permite salir de su residencia, excepto para asistir a festivales sagrados, no pudiendo tocar nunca el suelo con sus pies, incluso dentro de su casa, siendo portada a todas partes. Para que pueda lucir su meticuloso maquillaje, su madre tuvo que aprender a hacerlo.

"Cuando mi hija fue seleccionada como Kumari, me sentí muy feliz", afirma su padre, Ramesh Bajracharya. Sin embargo, cuando su madre, Sabita Bajracharya, es interpelada sobre la infancia inusual de su hija, confiesa que se siente "un poco triste" de que "otros niños jueguen en la calle", si bien "sus amigos vienen a jugar con ella". "Pida lo que ella pida, muñecas o cualquier juguete, cumplimos sus demandas", aclara la madre.

Para que una niña sea elegida como Kumari debe cumplir con una serie de normas específicas, algunas de ellas sorprendentes. 

En primer lugar, su carta astral debe ser considerada favorable por el rey de Nepal. Además, las chicas deben cumplir con 32 criterios estéticos muy específicos, como tener "pestañas como las de una vaca", "muslos como un ciervo" y "una voz tan clara como la de un pato". Las niñas también se someten a una prueba secreta en busca de valentía y serenidad.