Luego de la construcción del muro, Donald Trump comenzó a enviar miles de soldados a la frontera con México, con el fin de acaba con la inmigración ilegal que tanto vapuleó durante su campaña política. 

De esta manera, 1.600 miembros de la Guardia Nacional fueron movilizados hacia los estados fronterizos de Texas, Arizona y Nuevo México, salvo la demócrata California, que aún no anunció acatar la orden.

La idea del polémico presidente estadounidense es enviar de 2.000 a 4.000 soldados a la frontera, según sus propias declaraciones durante la semana pasada. Mientras los gobernadores tendrán el mando de sus estados, el Gobierno federal asumirá el costo de la operación. 

Más allá de todo el despliegue y la campaña anti-inmigración de Trump, los arrestos a ilegales están muy por debajo de los números de los ex presidentes George W. Bush y Barack Obama.

Los efectivos de la Guardia Nacional, en muchos casos, van armados. Según el gobernador de Arizona en un discurso: "La misión consiste en proporcionar mano de obra y recursos para apoyar a las agencias policiales federales, estatales, de los condados, tribales y locales para detener el flujo de delincuentes, narcóticos, armas y municiones, que están siendo traficados a nuestro estado".