Las inestabilidades políticas comienzan a afectar cada vez más la economía del viejo continente donde el euro ya no es tan fuerte como solía serlo. 

La salida de Reino Unido de la comunidad, conocida como brexit;  implicará varios años de ajuste y austeridad como confirmó el Secretario del Tesoro británico, Philip Hammond y un costo de 140 millones de euros.

Tras el revés sufrido por Matteo Renzi para reformar la constitución italiana, el sistema bancario de ese país mostró sus quiebres asomando una posible nueva crisis en una economía comunitaria sostenida principalmente por Alemania. Mientras Merkel busca su cuarto mandato, un sondeo reciente indica que cuatro de cada diez alemanes solicitan un referéndum sobre la permanencia de su país en la Unión Europea (UE). 

Por otro lado se da el avance de una política más radicalizada y de derecha en países como Holanda, Francia y la propia Alemania que generó que la Comisión Europea emitiera un comunicado con un  "llamamiento a la estabilidad" de la zona donde Turquía no deja de ser otro factor de incidencia ante las últimas amenazas de Erdogan de dejar de colaborar en la denominada "crisis de los refugiados".

La inestabilidad política en Italia "no va a provocar un rebrote de la crisis del euro", aseguraron el jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem y el comisario Pierre Moscovici a pesar de la caída bursátil de los mercados italianos. Con un activo de cuatro billones de euros y una morosidad que supera el 16%, Italia es una economía que preocupa dentro de la eurozona y donde la renuncia de Matteo Renzi no pasó desapercibida.