El Gobierno de Theresa May buscará un “nuevo y ambicioso acuerdo de libre comercio” con el bloque europeo una vez que se concrete la salida, que se dio a conocer como "Brexit" en el referéndum realizado en junio del 2016.

May, que llegó al poder tras la salida de David Cameron, planteó que no hay posibilidades de una salida a medias. En un importante discurso, la ministra planteó que el Brexit es prioridad. 

"No habrá membresías parciales ni asociaciones a la UE ni nada que nos deje mitad adentro y mitad afuera", exclamó May e indicó: "No queremos membresía al mercado común, sino el mayor acceso posible a éste".

Si bien destacó que perseguirá un acuerdo transitorio que evite la "caída por un precipicio" que temen empresarios y financieros, la salida de la Unión Europea es un hecho y tras su discurso subió la libra esterlina, después de las fuertes caídas de ayer en los mercados internacionales. 

La primera ministra insistió en que busca un acuerdo que satisfaga a las dos partes y subrayó que sería un “calamitoso acto de autolesión” para la Unión Europea (UE)  tratar de imponer un castigo a Reino Unido.

Otro de los focos del discurso de una hora de May estuvo en la inmigración y anunció que tras el Brexit, Reino Unido controlará a toda la gente que entre en el país y que se buscará atraer a los profesionales "más brillantes" e inteligentes. "No se puede controlar la inmigración teniendo libre tránsito de personas de Europa a Gran Bretaña", reflexionó May. 

"Dejamos la UE, pero no Europa", planteó May que aseguró que Reino Unido sea “el mejor amigo” de una UE cuyo éxito, ha insistido, será positivo para su país. “El voto para abandonar la UE”, añadió, “no significa rechazar los valores europeos”.