Después de que en seis meses de gobierno, un sexto funcionario- Geddel Vieira Lima- se vio obligado a dejar su cargo en un escándalo que sigue acumulando nombres desde que asumió Michel Temer y que incluso llegan a salpicarlo y ahora motivan el pedido de impeachment como ocurrió con Dilma Rousseff. 

El último domingo, la avenida paulista de la capital volvió a llenarse de ciudadanos que reclamaron- otra vez- contra el presidente por su proyecto de congelar el gasto público durante 20 años en los que quedaran afectados sectores tan sensibles como educación y salud y que se contraponen con los proyectos de Rousseff. 

Por otro lado, se espera que el Congreso también apruebe un paquete de medidas contra la corrupción que irónicamente podrían establecer una aministía para casos de corrupción previos como el Lava Jato. 

Se espera una multitudinaria marcha para el próximo 4 de diciembre en un Brasil que todavía sigue convulsionado por el golpe democrático que sufrió hace unos pocos meses.