Una docena de bombas se activaron en diferentes puntos estratégicos de Tailandia, matando a por lo menos 4 personas, e hiriendo a unas 45 (10 de ellos extranjeros).

Si bien ningún grupo extremista se adjudicó el ataque, las autoridades están convencidas de que fue coordinado para que en menos de 12 horas exploten unas 12 bombas en el país.

La serie de atentados comenzó en la tarde del jueves, cuando una bomba estalló en un mercado de la capital de Trang, situada en el sur del país, con un muerto y siete heridos como resultado.

Por la noche, y mientras curiosos y fuerzas de seguridad se acercaban a lo que había sido otra detonación, activaron una nueva bomba que estaba escondida en un macetero. 

Este explosivo mató a una mujer tailandesa e hirió a otras 21 personas, entre ellos diez extranjeros: cuatro alemanes, tres holandeses, dos italianos y un austríaco.

Por la mañana de este viernes, los atentados no cesaron: dos explosiones se dieron en Hua Hin, en las que murió al menos una persona y varias fueron heridas.

Otras locaciones también sufrieron la activación de artefactos explosivos como Surat Thai, a unos 640 kilómetros al sur de Bangkok, Phuket, en la costa oeste del país, Phang Nga, y otros.