"Cuanto más rápido se juzgue, mejor para la estabilidad del país", señaló Michel Temer el pasado lunes y solicitó que se de por finalizado el juicio en el que se lo investiga por irregularidades durante la financiación de la campaña de 2014.

Pero el presidente que llegó al poder tras el golpe político a Dilma Rousseff no solo se enfrenta ante la justicia sino que también movimientos sociales y sindicatos llamaron a salir a las calles para frenar la reforma laboral y medidas económicas impulsadas por el mandatario. 

Los miércoles 17 y 24 de mayo serán jornadas de movilización en Brasilia hasta que se defina la votación que permite la flexibilización laboral tanto el sector público como privado. 

Además se busca replicar y superar la huelga general que tuvo lugar el pasado 28 de abril que logró paralizar el país sin transporte público. Un día en el que se dieron numerosos incidentes entre manifestantes y la policía.  

"Es necesario ampliar la presión en todos los Estados impidiendo a los parlamentarios respirar sin que uno de nosotros esté en sus talones", afirmó la Central Única de los Trabajadores (CUT) a través de un comunicado.

Además de la CUT, la Marcha tendrá la participación de otras organizaciones sindicales, como Central General de los Trabajadores de Brasil (CGTB), Central de Sindicatos Brasileños (CSB), Central Sindical y Popular (CSP Conlutas), Central de los Trabajadores y de las Trabajadoras del Brasil (CTB), Fuerza Sindical, Central de la Clase Trabajadora (Intersindical), Nueva Central Sindical de Trabajadores (NCST) y Unión General de los Trabajadores (UGT).