'Memo' era uno de los hombres de confianza del 'Chapo' en Sinaloa. El hombre había comenzado como soldado raso, como sicario, pero luego comenzó a ocupar otros cargos dentro de la organización criminal. 

Isaías Valdez Ríos entró al cartel en 2004 y a los pocos años fue el hombre de confianza de Guzmán en Honduras, donde quería construir una pista de aterrizaje clandestina. 

Fue luego jefe de seguridad de sus hijos Iván y Alfredo, y finalmente piloto del cartel, transportando cientos de kilos de cocaína y base de coca desde Colombia a México.

Acá te dejamos parte de su testimonio que enmudeció a la corte estadounidense, cuando contó cómo Guzmán asesinó a un integrante del cartel rival de los Arellano Félix.

Retrato del 'Chapo' Guzmán escuchando los testimonios durante el juicio
Retrato del 'Chapo' Guzmán escuchando los testimonios durante el juicio

"Venía quemado con una plancha en toda la espalda, la playera que traía estaba pegada a la piel, traía marcas de encendedor de carro en todo el cuerpo, los pies también quemados", dijo.

El Chapo se enojó porque se lo enviaban en mal estado, y lo dejó durante días encerrado en una suerte de gallinero, amarrado de pies y manos y con los ojos vendados. Al final, "ya apestaba (….) Estaba podrido", dijo el testigo. Finalmente, tras dos interrogatorios, el Chapo le disparó con su pistola calibre .25, despidiéndose con la frase: "¡A chingar a tu madre!". Aunque el hombre seguía respirando, "así lo echamos al hoyo y lo enterramos", contó Memín.

Memín contó también que vio al Chapo torturar y ejecutar a dos integrantes del cartel rival de los Zetas oriundos de Sinaloa. Primero, contó, el Chapo pidió a sus sicarios que los llevaran a una enramada y los "calentaran", golpéandolos para sacarles información. Luego llegó él, pidió un tronco grueso "y los empezó a torturar... Las personas estaban completamente sueltas, los huesos todos quebrados, no se podían mover. Y el señor Joaquín les seguía golpeando con el tronco y con el arma también", relató. El Chapo les decía: "Hijos de su pinche madre, ¿cómo es posible que (siendo de Sinaloa) trabajen con esa gente y nos estén traicionando'?", agregó.

Luego el capo y su jefe de sicarios, el Bravo, montaron a unas cuatrimotos y cargaron en las parrillas a los enemigos. Los condujeron hasta una hoguera que habían ordenado encender. "Tenían una cara de asustados esa gente…", dijo Memín. "El Chapo le puso el rifle en la cabeza a uno, le disparó y le dijo: '¡A chingar a su madre!'. Hizo lo mismo con el otro", dijo Memín. Los tiraron a la hoguera. "Que no queden ni los huesos", dijo el Chapo, según su pistolero.