El incendio se declaró a las 11 de la mañana en Roma y dado que las llamas se esparcieron rápidamente consumiendo unas 30 hectáreas de bosques varios miembros del cuerpo de Bomberos y de Protección Civil se dieron a la tarea de controlar las llamas. 

El área más perjudicada por el  fuego es la que se encuentra en la colina Monte Mario, la más alta de Roma. Además se evacuó un hogar de ancianos y un convento. 

Además las grandes columnas de humo obligaron a cerrar un tramo de la autopista que une la capital con el Aeropuerto de Fiumicino, generando complicaciones en la movilidad y los accesos a la ciudad.