La policía reprimió en Brasilia a una manifestación que reclamaba la renuncia del presidente Michel Temer y que se había congregado en los alrededores del Congreso, en el marco de una jornada nacional de protestas.

Cuando los manifestantes intentaban atravesar el perímetro que rodeaba al edificio legislativo, los efectivos policiales usaron gases lacrimógenos y spray de pimienta para dispersar a más de 25.000 personas que se habían congregado en el lugar.

La protesta denominada "Ocupa Brasilia" fue organizada por centrales sindicales y movimientos sociales de todo el país, y exige la renuncia del presidente del Brasil, elecciones directas anticipadas y el fin del tratamiento parlamentario de las reformas laboral y previsional.