El presidente cubano Raúl Castro anunció el sábado en la noche que se llevará una propuesta a la Asamblea Nacional para que se prohíba el uso del nombre de Fidel Castro en los sitios públicos y que se levanten monumentos en su memoria.

Durante un acto de masas en la Plaza de la Revolución, Castro afirmó que, en atención al deseo del fallecido líder, llevará una propuesta a la próxima sesión de la Asamblea Nacional para que el nombre de Fidel y su figura no sean utilizados en ningún sitio público ni se levanten estatuas ni bustos en su memoria.

“El líder de la revolución rechazaba cualquier manifestación de culto a la personalidad y fue consecuente con esa actitud hasta las últimas horas de vida, insistiendo en que, una vez fallecido, su nombre y su figura nunca fueran utilizados para denominar instituciones, plazas, parques, avenidas, calles u otros sitios públicos ni erigir en su memoria monumentos, bustos, estatuas y otras formas similares de tributo“, dijo Castro al explicar ante cientos de miles de personas concentradas en la plaza los deseos del fallecido líder.

Raúl Castro adelantó que la figura de Fidel no se usará para nombrar sitios públicos

Fidel Castro había hecho referencia a esto en repetidas ocasiones: que no deseaba que tras su deceso su figura se convirtiera en un objeto de culto.

Ya en el libro "Cien horas con Fidel", ante la pregunta del periodista francés Ignacio Ramonet de si le molestaba el culto hacia su personalidad, Fidel respondió:

"Mire, le voy a decir lo siguiente: yo, contrariamente a lo que algunos piensan, no aparezco mucho en público. No tengo costumbre de salir en el noticiero de televisión cada día, y pueden pasar hasta quince días
sin que aparezca en los periódicos.

(...)  Aquí no se le rinde culto a la noticia sobre el Jefe de Estado, nada de eso. Se escribe de manera bastante natural. Yo diría que los medios hablan de mí con respeto, pero con familiaridad. Nadie me ve como una figura encaramada en el Olimpo.

(...) Por naturaleza, soy hostil a todo lo que pueda parecer un culto a la persona, y usted puede constatar, ya se lo he dicho, que en este país no hay una sola escuela, fábrica, hospital o edificio que lleve mi nombre. Ni hay estatuas, ni prácticamente retratos míos. Aquí no hacemos retratos oficiales. Es posible que, en alguna oficina, alguien haya puesto una foto mía, pero es una iniciativa personal y en ningún caso esa foto es un retrato oficial. Aquí ningún organismo del Estado gasta dinero y pierde tiempo realizando y repartiendo fotos oficiales mías o de cualquier dirigente. Eso, en nuestro país, no existe.