Al igual que ocurrió en Israel durante la visita de estado de Trump, su esposa Melania volvió a rechazar una caminata en pareja con el Presidente, lo que evidencia que la familia presidencial no parece estar en su mejor momento.

En Roma, durante la bajada por la escalinata para descender del Air Force One, el jefe de Estado extendió la mano para tomar la de su esposa eslovena, pero la mujer la retiró: entonces, con cara de póker, Trump atinó a tocar su espalda.