La Cámara de Comercio Exterior brasileño (Camex) autorizó la importación de un millón de semillas de maíz transgénico, con arancel cero, bajo la supuesta convicción de que tal medida "puede ayudar a acelerar la entrada de maíz en el país". 

La medida fue ampliamente rechazada por organizaciones ecologistas y ambientalistas que señalaron los peligros de tamaña "invasión"; aunque el ejecutivo brasileño, a través de su Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento, justificó la medida como un movimiento preventivo, para no agotar las reservas del grano en 2017.

El maíz transgénico elaborado por Monsanto, conocido como MON 863, obtuvo la calificación necesaria para ser comercializado en Brasil (al igual que en Europa), pero existe una fuerte controversia acerca de los posibles perjuicios que puede causar en el hígado y los riñones. 

"La medida beneficiará a las industrias y los productores que utilizan el maíz como alimento para animales", dijo en un comunicado el secretario de Relaciones Internacionales de Agronegocios, Odilson Ribeiro Silva. 

En su página web, Greenpeace Brasil indicó "no existe consenso en la comunidad científica sobre la seguridad de los transgénicos para la salud humana y del medio ambiente. No se hacen pruebas a medio ni a largo plazo sobre el impacto en humanos o animales, y generalmente esa posibilidad es repudiada por las empresas productoras de transgénicos". 

Además, la organización denuncia que actualmente, el 90% de la superficie mundial de cultivo de transgénicos se localiza en los Estados Unidos, Canadá, Brasil, Argentina y la India.

Fuente: RT /Telesur