“La instauración de la pena de muerte en Turquía acabaría con las conversaciones de adhesión a la Unión Europea (UE)”, exclamó este lunes el portavoz de la canciller Angela Merkel y agregó: “Ningún país que autorice la pena de muerte puede ser miembro de la UE”. Esta posición absoluta fue a partir de los dichos de  Recep Tayyip Erdogan que solicitó a los ciudadanos que se "levanten por la democracia".

Es parte de la “limpieza hasta que no quede mancha”, subrayó  Erdogan en una purga que gasta el momento lleva  un total de 2.839 oficiales y soldados detenidos junto con más de 2.700 jueces y fiscales suspendidos de sus funciones. 

"En una democracia no se pueden ignorar las peticiones del pueblo", exclamó el Presidente turco cuando visitaba el barrio de Üsküdar de Estambul, en referencia al pedido de pena de muerte de muchos ciudadanos ante "los traidores a la Nación". Turquía eliminó la pena capital en en 2004 para responder a los requisitos de ingreso en la UE, aunque no ejecutaba desde 1984.

Alemania solicitó al Gobierno turco que dé una respuesta a los golpistas “proporcionada” y basada en el imperio de la ley; Turquía que brega por ser considerado un país miembro de la alianza continental europea es también un factor clave en la llamada "crisis de refugiados" ya que justamente es el principal territorio que acoge a los inmigrantes. 

Las tensiones entre Alemania y Turquía no son novedad en un entramado constante de negociaciones; en especial después de la pequeña crisis que generó que el parlamento teutón reconociera el genocidio armenio.