En 2013, los buitres invirtieron 1.010.000 dólares, en 2012 gastaron 955.000 y en 2011, 920.000. Desde 2007, la cifra trepa a 5.665.000 dólares, según informa el sitio web del Center for Responsive Politics, en el que los lobistas deben publicar los registros que dan cuenta de su actividad.
Cabe recordar que en Estados Unicos las "coimas" son legales. Lo llaman "loby" e implica que empresas o personas le den plata a legisladores y gobernantes, que después devuelven favores.
Durante este año, ATFA distribuyó más de un millón de dólares entre seis firmas dedicadas al "cabildeo", que formularon presentaciones a favor de los fondos buitre en el Congreso estadounidense así como en los departamentos de Estado, del Tesoro y de Justicia norteamericanos.
De la información pública disponible en el sitio del Center for Responsive Politics también se desprende que la mayoría de los lobistas han sido funcionarios o legisladores en Estados Unidos. Entre ellos, el propio director ejecutivo de ATFA, Robert Raben, quien fue funcionario de la administración de Bill Clinton.
El 10 julio de este año, las autoridades de ATFA Robert Shapiro y Nancy Soderberg se reunieron con periodistas de los diarios La Nación, Clarín y Perfil y del portal Infobae en un salón del Palacio Duhau Park Hyatt Buenos Aires, sobre la avenida Alvear al 1600.
Según trascendió, los lobistas se centraron en concretar una presentación en la que plasmaron los habituales planteos de ATFA hacia el país, pero evitaron dar precisiones sobre sus clientes y describieron a Paul Singer como "uno de los tantos mandantes" de la American Task Force Argentina.
Ese mismo día, ATFA publicó una solicitada en medios nacionales en la que afirmaba que "en vez de negociar con sus acreedores y salvar al país de un default, Argentina se ha dedicado a una campaña de desinformación. Los líderes de la Argentina están divulgando mitos mientras el tiempo se está acabado para el país".
El texto finalizaba con dos frases de tono amenazante: "Los líderes de la Argentina deberían juntarse con sus acreedores en una negociación, y evitar un default catastrófico. Argentina, es hora de negociar".

En 2013, los buitres invirtieron 1.010.000 dólares, en 2012 gastaron 955.000 y en 2011, 920.000. Desde 2007, la cifra trepa a 5.665.000 dólares, según informa el sitio web del Center for Responsive Politics, en el que los lobistas deben publicar los registros que dan cuenta de su actividad.

Cabe recordar que en Estados Unicos las "coimas" son legales. Lo llaman "lobby" e implica que empresas o personas le den plata a legisladores y gobernantes en los 'pasillos', que después devuelven favores.

Durante este año, ATFA distribuyó más de un millón de dólares entre seis firmas dedicadas al "cabildeo", que formularon presentaciones a favor de los fondos buitre en el Congreso estadounidense así como en los departamentos de Estado, del Tesoro y de Justicia norteamericanos.

De la información pública disponible en el sitio del Center for Responsive Politics también se desprende que la mayoría de los lobistas han sido funcionarios o legisladores en Estados Unidos. Entre ellos, el propio director ejecutivo de ATFA, Robert Raben, quien fue funcionario de la administración de Bill Clinton.

El 10 julio de este año, las autoridades de ATFA Robert Shapiro y Nancy Soderberg se reunieron con periodistas de los diarios La Nación, Clarín y Perfil y del portal Infobae en un salón del Palacio Duhau Park Hyatt Buenos Aires, sobre la avenida Alvear al 1600.

Según trascendió, los lobistas se centraron en concretar una presentación en la que plasmaron los habituales planteos de ATFA hacia el país, pero evitaron dar precisiones sobre sus clientes y describieron a Paul Singer como "uno de los tantos mandantes" de la American Task Force Argentina.

Ese mismo día, ATFA publicó una solicitada en medios nacionales en la que afirmaba que "en vez de negociar con sus acreedores y salvar al país de un default, Argentina se ha dedicado a una campaña de desinformación. Los líderes de la Argentina están divulgando mitos mientras el tiempo se está acabado para el país".

El texto finalizaba con dos frases de tono amenazante: "Los líderes de la Argentina deberían juntarse con sus acreedores en una negociación, y evitar un default catastrófico. Argentina, es hora de negociar".